Cuando las emociones…

 nuestras defensas sonrien.

Sabemos de la importancia de nuestro sistema inmunitario, entre otras cosas porque la publicidad constantemente nos lo recuerda.

La medicina sabe que este sistema se encarga de mantener a raya a todos los patógenos que entran en nuestro organismo y controlar la división celular anormal (tumores). La complejidad del inmune lleva a cierto desconocimiento general y por ello en este articulo intentaremos aclararlo.

Cuatro funciones básicas son las del Sistema Inmunitario: 1- Identificar y reconocer al invasor (bacterias, hongos, virus y parásitos) 2- Reaccionar específicamente al agente patógeno, 3- Atacarlo hasta destruirlo y 4- Memorizarlo para futuro reconocimiento.

El hombre, como cualquier otro animal, no podría sobrevivir a las invasiones de múltiples organismos agresores que le rodean, si no dispusiera de sistemas defensivos que permitieran destruirlos y erradicarlos.

El cuerpo humano posee diversas células que reaccionan y defienden el organismo frente al ataque de agentes agresores. Principalmente estas células son los glóbulos blancos o leucocitos, donde destacan los neutrófilos y los linfocitos, es decir, sustancias especificas capaces de actuar sobre las toxinas y destruirlas. Los neutrófilos intervienen cuando el ataque es agudo (por ejemplo una herida), mientras que los linfocitos lo hacen en la agresión crónica (por ejemplo en la enfermedad de Crohn y en la colitis ulcerosa).

Los linfocitos en su trabajo se organizan y se especializan. Así, los llamados linfocitos B tienen la capacidad de producir sustancias específicas (anticuerpos específicos para cada microbio) frente a los agentes agresores; los llamados linfocitos T helper que participan en ayudar y ampliar la respuesta defensiva; y finalmente, los llamados linfocitos T citotóxicos que tienen actividad destructiva propia sobre los agentes agresores.

Sin embargo, hay ciertos virus que atacan de tal forma que impiden que la respuesta inmunológica se produzca adecuadamente y otros que impiden totalmente la formación de anticuerpos, porque penetran en los glóbulos blancos y los destruyen, reproduciéndose en ellos rápidamente. Uno de ellos es el VIH causante del SIDA.

Todas las células que constituyen el sistema inmunitario habitan en diferentes órganos llamados linfoides. Estos órganos se pueden dividir en primarios o secundarios. Los primarios, como es el caso de la médula ósea y el timo, es donde tiene lugar la producción y maduración de éstas células. Los órganos linfoides secundarios, como las amígdalas, las placas de Peyer del intestino, el bazo y los ganglios linfáticos, son aquellos donde se disponen los linfocitos ya maduros y se producen las diferentes respuestas inmunitarias frente a los diversos agentes agresores.

Ante la agresión del organismo por un agente nocivo se va a poner en marcha el sistema defensivo, dando lugar a una respuesta inmunitaria compleja, dónde actuarían los macrófagos y los diferentes linfocitos, como los linfocitos B produciendo anticuerpos o los linfocitos T citotóxicos destruyendo ellos mismos a los agentes agresores. En esta respuesta defensiva participan diversas sustancias, entre ellas las interluquinas y el factor de necrosis tumoral (TNF), que son capaces de facilitar el proceso inflamatorio, incorporando nuevos glóbulos blancos.

 

 

Componentes de un sistema inmunológico

 

Sistema inmune innato

La respuesta no es específica

La exposición conduce a la respuesta máxima inmediata.

Inmunidad mediada por células y componentes humorales.

Sin memoria inmunológica.

Presente en casi todas las formas de vida

Sistema inmune adaptativo

Respuesta específica contra patógenos y antígenos.

Tiempo de demora entre la exposición y la respuesta máxima.

Inmunidad mediada por células y componentes humorales.

La exposición conduce a la memoria inmunológica.

Presente solo en vertebrados mandibulados

 

               

La importancia de tener un intestino en buenas condiciones es vital para la salud inmunitaria. Una empresa láctea nos recuerda que el 70 % de nuestra inmunidad se gesta en el intestino, esta información es poco clara, el siguiente texto verifica la realidad del intestino y de sus bacterias.

Existen tres vias principales a través de las cuales el intestino actúa como sistema de defensa. La primera es mediante la microflora que alberga, que protege contra las invasiones bacterianas. Entre los mecanismos se encuentran la disputa por los nutrientes y los receptores en la pared del intestino y la creación de un medio adverso para los patógenos (por ejemplo, un pH bajo). En segundo lugar, las células de la pared intestinal no sólo absorben nutrientes, sino que además constituyen una barrera protectora que impide la entrada de sustancias dañinas.

En tercer lugar, el intestino dispone de un sistema inmunológico compuesto por células especializadas. Estas células son capaces de generar una respuesta innata propia y al mismo tiempo desencadenan la producción de anticuerpos, proteínas que atacan a otras proteínas llamadas antígenos -en este caso, el patógeno invasor- para desactivarlas y eliminarlas del cuerpo. Nuestra flora intestinal comunica con las células del sistema inmunológico gastrointestinal y el hígado para presentar una respuesta coordinada ante los antígenos alimentarios y los microorganismos nocivos. Por lo tanto, la microflora intestinal es esencial para que el mecanismo de protección funcione correctamente. De hecho, no tener un buen equilibrio bacteriológico en el intestino se asocia con afecciones como el síndrome del intestino irritable, el cáncer de colon y la gastroenteritis. Los cambios en la dieta y en los hábitos alimentarios, así como el uso de antibióticos, pueden desestabilizar el equilibrio de la microflora intestinal, disminuyendo la cantidad de bacterias beneficiosas, como el lactobacilo y la bifidobacteria, con respecto a la presencia de microorganismos dañinos o patógenos, como el c10stridium o el enterococo.

Se han desarrollado algunos productos alimentarios capaces de modificar la composición de la microflora intestinal y, posiblemente, mejorar la salud. Estos productos contienen probióticos, prebióticos y simbióticos (una combinación de probióticos y prebióticos), que según han demostrado numerosos estudios clínicos tienen efectos prometedores.

Probióticos(como bacterias intestinales específicas) son microorganismos vivos que, si se ingieren en cantidades suficientes, aportan beneficios para nuestra salud además de alimentarnos. Se encuentran sobre todo en productos fermentados.

Prebióticosson componentes alimentarios no digeribles que pertenecen a la familia de las fibras que sirven de alimento a determinados microorganismos de la flora intestinal y estimulan su crecimiento o actividad (por ejemplo, especies de bifidobacterias o lactobacilos). Se encuentran de manera natural en algunos alimentos (por ejemplo, cebollas, alcachofas, plátanos, endibias y puerros) o se pueden añadir a otros alimentos (como el pan o a las galletas).

Hongos medicinales, desde tiempos inmemoriales (5000 años) se consumen en Asia. En ese tiempo solo estaban disponibles para la alta sociedad feudal. En el siglo XXI disponemos de esta maravilla de la naturaleza sin necesidad de tener un alto poder adquisitivo, colaboran a  establecer y mejorar nuestra salud. Los hongos pertenecen a su propio reino, no son animales ni vegetales ni bacterias. Esta diferenciación se debe entre otras cualidades a que poseen paredes celulares compuestas por quitina, a diferencia de las plantas que contienen celulosa. Por esta causa tienen una acción muy particular y especializada de modulación en nuestro sistema defensivo. La investigación, cada día más avanzada sobre la importancia de los principios activos del reino micologico, es hoy una realidad. Sugerimos al lector la importancia de consumir suplementación  que garantice todos los polisacáridos de los hongos, le recordamos la necesidad de la incorporación de vitamina C en la misma toma, ya que si los hongos no disponen de esta vitamina, se absorben de forma incorrecta y estamos malgastando nuestro dinero. Los hongos medicinales son un complemento ideal para luchar contra las enfermedades y deben de tener un precio justo y equitativo, accesible a todos los consumidores, porque creemos en una medicina social, pero no socializada.

Nuestro cerebro y nuestras emociones tienen mucho que decir respecto a nuestro sistema de defensa, disfrutar de la vida y hacer disfrutar a los que están a su alrededor es una buena forma para que su organismo funcione en equilibrio, esto no es nada nuevo, ya lo decían los griegos “MENT SANA IN CORPORE SANO”.

Uno de los mejores bálsamos para el sistema inmunitario, es el equilibrio emocional, le animamos  a divertirse y a que los demás se diviertan con usted, “SONRIA EN DEFENSA PROPIA”.

 

Juan Jose Mariño Benito

Director Técnico Suplementos Zeus